El análisis transaccional de “Quienes somos”, indica que somos lo que hemos aprendido de alguna autoridad superior (padres, abuelos, maestros, etc) durante la niñez. Estos
niveles de identificación son argumentos que condicionan nuestra manera de
vivir, son inconscientes y fueron incorporados a través de los mensajes verbales
o no verbales que interpretamos como validos por provenir principalmente de nuestros padres.
Gregory Bateson, (mentor de Richard
Bandler y John Grinder), identificó diferentes y complementarios sistemas
neurológicos de cambio o aprendizaje y los ordenó por niveles, reconociendo la
influencia de cada uno en los demás, en especial la mayor incidencia de los
niveles superiores sobre los inferiores, algo así como un efecto cascada. Los
cambios propiciados en los niveles inferiores no siempre son perdurables, ni
son garantía de que afecten los superiores, por ello es estratégico hacer mayor
fuerza de cambio en los niveles superiores, no por ello dejar de intervenir en
otros niveles, en lo posible en todos y así alinearlos y hacer una intervención
integral en todo el sistema.
Los niveles propuestos por Bateson
de abajo para arriba son: Entorno, comportamiento, Capacidad, sistema de
valores y creencias, e identidad. Robert Dilts complementó este trabajo agregándole
un nivel superior, al dividir el nivel de identidad en dos, el de identidad
personal y uno de identidad superior, al que llamo “espiritualidad y
propósito”. Revisemos cada uno de los niveles:
Entorno.
Se sintetiza en el “Donde, Cuando y
Con quien”. Representa el medio o el contexto en el nos desenvolvemos, es decir
“lo que se percibo fuera de mi”. Por ejemplo: El trabajo, el hogar, las
relaciones sociales, el contexto político y económico.
Comportamiento.
Se sintetiza en “Que y Cual”. Se
refiere a la manera de actuar. Las acciones y reacciones. Incluyen las acciones
externas como, Caminar, decir algo o agredir a alguien, y las internas tales
como pensar y sentir.
Capacidad.
Se sintetiza en el “Cómo hago o qué
se hacer bien”. Se refiere a aptitudes, destrezas, habilidades, estrategias. La
forma en que me comporto obedece a algún nivel de capacidad.
Valores y Creencias.
Este sistema se resume en el “Por
que y Para que” actúo o no actúo de determinada manera. El “por que”, en
términos psicológico representa la necesidad que nos motiva, y el “para que”
aquello que aspiramos lograr. Las creencias podemos expresarlas como las
afirmaciones personales que consideramos verdaderas. Los valores son el por qué
una cosa es importante y digna de mérito.
Los valores son convicciones que permanecen durante nuestra vida invariables, como la honestidad, la justicia, el amor, la libertad, etc.
Tanto los valores como las
creencias conducen nuestras actitudes y por tanto tienen un componente
emocional, por ejemplo, si alguien que experimento comer muchas lentejas en las
épocas de pobreza económica de su niñez, es posible que este persona siendo
adulto al ver servido un plato de lentejas, lo perciba o interprete como algo
mínimo o despreciable y no le entusiasme comerlo, así no recuerdo las
circunstancias en que aprendió dicho valor. Alguien puede decir que no es
racista y expresarlo con sinceridad aparente, pero en un bus prefiere sentarse
con la persona de piel blanca. Esto ejemplo nos muestra como los valores y las
creencias trascienden el entendimiento intelectual.
La Identidad.
Se resume con “Quien soy”. Se
refiere a “quien creo que soy”, con “que me identifico”, como “me califico”. Si
queremos entender algunas de nuestras identificaciones pensemos en las cosas
que digo de mi o me califico, por ejemplo, “Soy amigable”, “soy desordenado”,
“soy medico”, “soy fumador”. Estas etiquetas personales confunden la conducta
con la identidad, el hecho que una persona fume, no lo hace un fumador, ¿Acaso
en esencia hay alguien fumador?, ¿Se es fumador o se cree o asume a si mismo
fumador? Robert Dilts y Todd A. Epstein dicen: “Decirle a alguien “disléxico”
se convierte más en una etiqueta de identidad que en una descripción de su
falta de capacidad”
Referente superior (Espiritualidad
y propósito).
Podemos expresar espiritualidad,
como aquello que da sentido de lo esencial en la vida y el ser, puede ser lo
divino, la naturaleza o el universo para algunos. Bateson lo expresa como,
"El patrón que conecta todas las cosas juntas como un tipo de mente mayor
de la que los individuos somos un subsistema"
El propósito podemos expresarlo en
este contexto como lo que representa e inspira una Visión e intención positiva
de futuro. El ideal del bien común para un altruista, por ejemplo, la creencia
en un Mesías.
Pero no todos los ámbitos del nivel
superior son espirituales, incluso podrían ser nocivos, como por ejemplo, darle
el sentido de lo esencial en la vida en el “poder” o el “tener”, descuidando su
ser y sus relaciones. Este tipo de distorsiones del nivel superior el ser
humano las crea, posiblemente las necesita y busca satisfactores no acordes a
su necesidad de sentido trascendental o espiritual.
Algunos referentes superiores
pueden llevar al fanatismo y el sometimiento. En casos de líderes autoritarios
y carismáticos, que en el caso de la Alemania Nazi posibilito que incluso
muchos individuos sacrificaron sus propios principios éticos y morales. Esta es
la razón del porque a este nivel le doy el nombre de Referente superior, que
incluye además de espiritualidad y propósito, la autoridad, entendido este
ultimo como un modelo humano a seguir, padres, maestros y héroes.
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